Arlandis i Marroquí: definició d’art

Arlandis i Marroquí són els comissaris de “Cosas que sólo un artista puede hacer” que es pot veure al MARCO de Vigo fins el proper 2 de maig, una exposició basada en l’humor com a materia de treball dels artistes. Una mostra que qüestiona els límits de l’art i fa reflexionar als visitants sobre el sentit últim –suposant que aquesta sigui la intenció de l’artista– del que estan veient.

[…] Artistas con propuestas muchas veces desconcertantes. Acciones que se sitúan en un lugar algo extremo… ¿Por qué podemos llamar arte a lo que hacen estos creadores? “Ésa es la pregunta del millón. Estamos seguros de que el 90% de los visitantes se van a hacer esta pregunta. ¿Es arte que unos tipos -pensando en el colectivo Gelitin- se pasen una semana haciendo un trayecto desde Manhattan a la playa de Coney Island en tren cargados de palas y cubos para cavar por la mañana un agujero gigante durante horas para luego por la tarde taparlo y al día siguiente repetir la acción, durante toda la semana? Además, luego les preguntas y te dicen que no hay nada detrás de esa acción, que no pretendían decir o simbolizar nada en concreto. Es desolador. Nosotros estamos a punto de decir que no es arte. Creemos que la mejor respuesta es un no, simple. Bueno, no. Simple no es. Creemos que es la pregunta clave. Queremos que la gente discuta sobre ello. No que pasen horas haciéndolo porque hay mejores cosas que hacer, pero sí que les sea inevitable pensarlo un rato. Siguiendo con la respuesta, ¿debemos llamar arte a un proyecto de seudofranquicia de tiendas en las que se venden cosas copiadas o que desafíen el concepto de copyright? -pensamos en Copyshop de Superflex-. Pues de nuevo nos es más fácil y quizá más honesto decir que no. Desde luego, poco tiene todo esto que ver con el concepto de arte tal y como fue concebido. Han cambiado tanto las cosas que mejor sería llamarle de otra manera. Pero vaya, la comodidad nos ha hecho mantener ese término.

Sin embargo, para no dejar la cosa aquí, debemos decir que, desde luego, esto no sale de la nada. No es la primera cosa que se merece un ‘no deberíamos llamarla arte’. Tal y como decimos en el catálogo, esto viene precedido de muchas cosas que han ocurrido a lo largo de décadas. Ya sabes, primero Duchamp y luego todo lo demás hasta llegar al enorme agujero en la playa de Coney Island”. [fragment de la crítica de Fietta Jarque en El País Babelia, 30 de gener de 2010 pàg. 16-17]

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